25 razones para leer El cuento de la criada, de Margaret Atwood:
- Es mucho más que el panfleto feminista en el que algunos idiotas lo quieren convertir.
- La novela NO contiene un grado de violencia destacable.
- Es
muchomejor que la serie. - No asevera, no afirma, no hace dogma.
- Todo se cuestiona: la felicidad, la libertad, el amor, la amistad, el feminismo, la religión e incluso las relaciones materno-filiales.
- Puedes ponerte en la piel de todo tipo de mujeres; liberales o conservadoras.
- Su lectura es ágil, rápida y amena. Nada densa.
- Ves desde otra perspectiva temas muy complejos como la gestación subrogada, la prostitución o la violencia de género.
- Expandes tu concepto de supervivencia y de superación.
- Te haces muchísimas preguntas: ¿Gozamos o no gozamos de TANTA libertad como creemos? ¿Somos o no somos felices con tantos objetos a nuestro alrededor? ¿Vivimos o no vivimos en un mundo superficial, falto de creencias e ideales?
- Si te acostumbras a algo, lo normalizas, aunque no sea correcto. ¿Hemos aceptado como corrientes cosas que no lo son? Por ejemplo, que mueran mujeres a manos de sus parejas todos los días.
- Te encuentras en sus páginas con un sentido del humor brillante, inteligentísimo y maquiavélico.
- Con un lenguaje claro y sencillo te deja símiles perfectos y te hace descripciones extraordinarias.
- Sus personajes son impecables.
- Adorarás a la mala del cuento (En mi caso Tía Lydia).
- Te regalará citas que se quedarán contigo para siempre: “La rutina nos brinda consuelo” o “No puedes cambiar tus sentimientos, pero puedes cambiar tu forma de actuar”.
- Te darás cuenta de lo bien que sigue funcionando en el mundo aquello de: “Que viene el lobo…”
- Encontrarás brujas y lobos.
- No le sobra ni una coma.
- El miedo y la culpa son dos de sus protagonistas principales. ¿Debemos hacer lo que nos ordenan y no meternos en problemas, porque en caso contrario recibiremos el justo castigo? ¿Es aplicable a nuestro mundo, a nuetras creencias, a nuestra educación católica? ¿Pensamos que por el hecho de hacer lo correcto la vida se portará bien con nosotros? ¿Seguimos temiendo a la condena por nuestros pecados? ¿El desgraciado es siempre culpable de todos sus males?
- Al final se expone un planteamiento magistral: se exige prudencia (ese bien tan escaso) ante los juicios morales y las interpretaciones del pasado. “Nuestra misión no consiste en censurar, sino en comprender”.
- Te darás cuenta tras su lectura de qué manera tan simple se puede llegar a imponer un sistema totalitario eficaz ofreciendo beneficios y libertades a unos pocos privilegiados y enfrentando y segregando al resto.
- Sientes un vértigo familiar en eso que se entiende por ser mujer.
- Margaret Atwood es Dios.
- Ya se ha publicado la segunda parte.
En cuanto pueda leeré Los testamentos.